Hay miradas que lo dicen todo,
con calma,
tímidamente.
El paso de los años nos colma de aventuras propias,
que compartimos y rememoramos ante aquellos que comparten una buena charla.
Mírame a los ojos…
hazlo,
supera tu timidez y háblame con tu mirada.
VEJEZ, bendita donde te hallas,
colmada de una larga vida,
que debe ser próspera.
Cuando ya lo has dado todo,
es de recibo que tengas todo lo que necesitas.
Gracias por vivirme en estas arrugas
que revelan los misterios de mi existencia.
He sido bebé, niño, joven y ahora anciano.
Sólo anhelo la paz de la cual surgí, para expandirla a tu lado y verte crecer conmigo en ese Amor.
Envejecer es una virtud en la que se debe vivir y no sobrevivir. Pongamos en valor las vidas de los ancianos. Humanicemos y mimemos la delicadeza de cada persona, tenga la edad que tenga.