Cuenta la leyenda que una vez un hombre fue a visitar a un sabio. Tenía un serio problema, era diabético y su organismo lidiaba una gran batalla al no poder consumir azúcar. Sus niveles de glucosa en sangre se elevaban y caía enfermo casi todo el tiempo.

Aquel hombre recorrió una larga distancia desde su aldea hasta la montaña y le consultó al sabio la siguiente pregunta: ¿Qué puedo hacer para sobrevivir sin azúcar?

El sabio quedó sin respuesta… pero le dijo que volviera dentro de un mes.

El diabético quedó decepcionado, esperaba una pronta solución pero, siguiendo la pauta del sabedor, regresó pasados 30 días.

Cuando se reencontraron, el sabio brillaba de alegría y estuvo explicándole durante todo un día, todas las formas en las que podía consumir determinados tipos de sustancias que le harían estar sano.

Sorprendido, el viajero que tanto añoraba estar saludable le hizo una nueva consulta: ¿Por qué no me dijo todo esto antes? A lo que el sabio le respondió: Hasta ese día yo también consumía azúcar. Sencillamente me he puesto en tu lugar, dejé de consumir azúcar durante este mes y he aplicado mis conocimientos de alimentación para salvar la vida y con ello la tuya.

Agradecido, el hombre que ya se sentía pleno de vitalidad, le abrazó y susurrando le dijo: Gracias, gracias por padecer como yo y ayudarme.

La empatía llevada a su máxima expresión es reveladora 🥰