– ¡Hola, Mamá! ¿Papá va a venir a comer en Navidad? – Pregunta Luisito.
– ¡Cariño, no va a ser posible, tiene un viaje de trabajo, ya lo sabes!
– Jo, qué pena. ¿Puedo ir a jugar con Mateo un rato?
– ¡Si, cielo, pero no te demores mucho! A la hora de comer, te quiero aquí.
El niño asiente y sale de la cocina, encaminándose a su habitación.
Una vez dentro, se acerca a la ventana, y con una linterna, hace ligeros movimientos frente a la casa de su vecino. Es la señal de aviso, que tienen Mateo, su vecino y él, para encontrarse en la calle, cuando andan metidos en algún asunto. Al momento, Mateo, responde con su linterna y, posteriormente, ambos salen de sus respectivas casas.
– ¡Hola, Mateo! ¡Vamos a la tienda del Sr. Chincheta, a ver si tiene todo listo!
– ¡Vale!
Se dirigen a una papelería cercana, propiedad de Don Evaristo. Es un anciano amable y que siente un gran afecto por los niños. No le disgusta el apelativo con el que le apodan los pequeños, por el contrario, le resulta gracioso. En su papelería tiene cosas muy curiosas y, entre ellas, chinchetas de diversos colores, muy brillantes y originales, de ahí, proviene el nombre.
Los niños entran en la papelería y saludan, sonriendo, a Don Evaristo.
Luisito pregunta al anciano: – ¿Ha conseguido lo que le pedimos, Señor Chincheta?
– ¡Creo que lo tengo todo!, responde el anciano. Vamos a repasarlo: papel de color dorado, pegamento, 6 chinchetas muy chulas y 3 rotuladores finos de color marrón, rojo y azul.
– ¡Genial!, responden los niños, al unísono. Está todo.
– ¿No me vais a adelantar nada sobre lo que haréis con estas cosas?, pronuncia el anciano.
– Es para hacer “magia de Navidad”, Señor Chincheta, responde Luisito. Tras estas palabras, ambos se despiden del anciano y salen de la papelería en dirección a casa de Mateo.
Un rato después, los niños se separan.
– ¡Ya me contarás!,– dice Mateo.
– Claro, – responde Luisito.
A la mañana siguiente, 25 de diciembre, Luisito se despierta, abre sus dulces ojos, sonríe y se acerca al armario donde ha escondido su secreto.
Unos minutos después, sale de su cuarto, y se dirige al comedor, asegurándose de que no se encuentra con su madre durante el trayecto.
En cada extremo de la mesa, donde se servirá la comida de Navidad, coloca un regalo y se encamina a la cocina en busca de su madre.
– ¡Hola, Mamá! ¡Porfa, ven al comedor! Quiero enseñarte una cosa.
– Muy bien, hijo. ¿De qué se trata?
Al entrar al comedor, su madre se encuentra con los dos regalos, uno a cada extremo de la mesa, como ha dispuesto Luisito. Se acerca a uno de ellos, y lee una etiqueta: “MAMÁ, para pegar en el dormitorio”. Se dirige al otro regalo que lleva otra etiqueta: “PAPÁ, para pegar en el dormitorio”. Su madre, mira tiernamente a su hijo.
– Cariño, qué detalle más bonito. En la comida, abriremos el mío y guardaremos el de papá para que lo vea a su regreso. – Besa a su hijo y sale del comedor.
Al instante, la madre, marca un número en su móvil.
– ¡Hola, Roberto! Deberías venir a casa a comer. Nuestro hijo nos ha preparado una sorpresa.
– Sabes que salgo de viaje en unas horas, ¿No puede ser dentro de dos días, a mi regreso? Además, se tiene que ir acostumbrando. Ya sabe que, de momento, no vivimos juntos.
– ¡El momento es ahora, Roberto! Necesito que estés aquí. Comeremos antes y así tendrás tiempo.
– Muy bien, estaré allí en 1 hora, más o menos. – Perfecto. Gracias. – Se despide ella.
La sonrisa de Luisito al recibir a su padre es inmensa. Le abraza, con fuerza y se lo lleva al comedor. Roberto, el niño y su madre, se sientan a la mesa.
– ¡Papis, abrir los regalos!, dice Luisito.
El primero en abrirlo es su padre. Dentro del regalo hay 3 estrellas de color dorado. En cada estrella hay un dibujo: en la primera, un reloj de arena, de color marrón, en la segunda, una pelota de color azul, y en la tercera, un corazón de un rojo intenso.
El padre, mira tiernamente al niño y lee lo que hay escrito junto a cada estrella.
Estrella 1: RELOJ DE ARENA: Los niños, a veces, no entendemos a los mayores y necesitamos tiempo para comprenderlos. ¡No es que no queramos entender, es que no sabemos! Pero nos damos cuenta de lo que se dicen nuestros padres.
Estrella 2: PELOTA DE COLOR AZUL: Los niños queremos jugar con nuestros padres, nos enseñan juegos que no conocemos y nos reímos mucho juntos.
Estrella 3: CORAZÓN DE COLOR ROJO INTENSO: Los niños somos “traviesos”, nos enfadamos y contestamos mal, pero queremos que nuestros padres nos perdonen y nos quieran siempre… y que hagan lo mismo entre ellos.
El padre de Luisito se queda sin palabras y mira a su madre. También, ella, ha abierto su regalo que contiene 3 estrellas con los mismos textos y dibujos.
Los tres se funden en un abrazo.
– ¡Es un regalo precioso, hijo! No lo olvidaremos nunca, responde su madre.
– Si, cariño. Prometemos tener siempre presente, lo que has escrito, responde el padre.
– ¡Qué bien! ¿Podemos ver una peli?, pregunta Luisito.
Ambos, responden afirmativamente.
– Antes, voy a devolver un juguete a Mateo. – Dice Luisito.
Tras el ritual de la linterna, Luisito, se encuentra con Mateo, a las puertas de la casa de su vecino.
– ¡Mateo! ¡Esto marcha! No sabes la cara que han puesto mis padres. Se han mirado de forma “distinta”, no sé. ¡Hasta nos hemos abrazado los 3! Hacía tiempo que eso no pasaba. – ¡Me alegro, Luisito! Ahora a continuar con el plan.
– Sí, les tengo preparada una peli ¡que se van a derretir! De esas, de amor ¡Es lo más! – Responde Luisito.
– Ya te contaré. Esta Navidad será diferente, ya lo verás. ¡Me voy corriendo a casa, a ver la peli, Mateo!
Mientras, en la mesa del comedor, los corazones dibujados en cada estrella adquieren un color rojo, mucho más intenso y brillante. Pero no es de extrañar, porque esto es solo: la Magia de la Navidad.
Los niños, los más pequeños, se dan cuenta de todo… 😉
Que bueno que sepan hacer MAGIA NAVIDEÑA, de la mano de Marta ✨🎀🤓
Feliz NocheBuena y que todas las circunstancias tengan un final FELIZ ✨💗🥰
Maravilloso relato que me ha emocionado. Hasta una pestaña se me debe haber metido en el ojo.
Enhorabuena Marta y tb al resto.
Felíz Nochebuena y Felíz Navidad.
Es muy bonito lo que dices, Rufino. Los niños son especiales, nos lo demuestran con muchas acciones. Quieren ser felices y sobre todo con sus padres. Muchas gracias por haberlo leído y comentarlo. Un abrazo. FELIZ NAVIDAD.
Precioso relato, Marta. Muy navideño y positivo de la magia de la Navidad y el amor.
INTELBLUE, si algo sabemos, es que la Navidad debe ser magia, sueños por cumplir y mucho amor. A esas 3 cosas dedico el relato y a los mejores protagonistas que puedo incluir: Los niños. Un abrazo muy fuerte.
Ay pequeños maestros 😃. Enhorabuena y gracias por este relato tan emotivo y tan presente para quienes somos padre🙌❤️
Feliz navidad Marta!
Son maravillosos, Raquel López. Tienen una especialidad manera de sonreír a la vida y de hacernos mejores personas. ¡Feliz Navidad!