Me vuelvo………….. te miro y me miras, tu mirada prendida en la mía enganchada, sublime, destilando frescura, sencillez, curiosidad y ansia por conocer, por ir más allá, por descubrir algo más.

Tus ojos grandes y curiosos se posan en los míos, me acarician, me envuelven, me invitan a quedarme un rato, sosteniendo la mirada, preguntándome quién eres y por qué en este momento nuestras miradas se cruzan en la fugacidad de un instante, en un momento único que no se volverá a repetir, en un momento mágico que acerca nuestras almas y traspasa nuestro corazón.

No sé quién eres pero parece que te conozco de toda la vida y el universo ha confabulado para que nuestras miradas se crucen y se encuentren de nuevo. Quizás en otra vida nos conocimos, nos amamos o simplemente nos encontramos.

Respiro hondo, elevo mis ojos y veo de nuevo tus ojos prendidos en los míos, una mirada penetrante, intensa, pasional, una mirada que me obliga a mirarte y a desear más, una mirada que me hace perderme y desear que el tiempo y el espacio no existan. Una mirada que me incita a cometer una locura porque tus ojos son puro fuego y tu mirada dinamita que hace saltar por los aires mis sentidos, envolviéndome en una dulce sensación de abandono y entrega.

¿Dónde has estado todo este tiempo? Por qué has tardado tanto tiempo en aparecer, ¿no sabes que te esperaba? Ahora por fin estás aquí, te he encontrado y ahora no te voy a dejar escapar porque eres parte de mí. Yo soy tú y tú eres yo, somos uno caminando de la mano con nuestras miradas prendidas el uno en el otro, bebiéndonos, amándonos, apoyándonos, siendo cada uno en el otro, sin exigencia, sólo con entrega desde el amor incondicional.

Te veo y me ves y es el mayor regalo que nos podemos dar, porque nos vemos desde el alma y el corazón, desde nuestra esencia verdadera, desde lo que somos….. PURO AMOR.

Hay momentos sencillos que se vuelven intensos en tan sólo unos segundos.

Ana Isabel nos traslada a esa mirada que nos cambia la vida en un instante 😉